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Arquitectos: Josep Ferrando Architecture
- Área: 500 m²
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Fotografías:José Hevia
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El programa se divide entre las dos plantas existentes: en la planta baja un lugar más informal; y en la parte superior, un restaurante de una estrella michelín. Se trata el espacio en planta baja como una continuidad de la plaza, con una gran abertura en fachada y un suelo continuo de hormigón, convirtiéndose en un espacio puerta entre el espacio público y el mercado.
La distribución en planta genera dos partes de trabajo a ambos lados del flujo de la gente: uno abierto, donde la disposición de las cocinas en perpendicular propicia ver el espectáculo de cocinar; y otro cerrado para la zona sucia con acceso de servicio desde el exterior. Una iluminación en el sentido longitudinal de la plaza refuerza la idea de continuidad, convirtiendo la plaza en restaurante y el restaurante en plaza.
La planta primera se resuelve mediante un gran espacio-mueble que, situándose asimétricamente en la sala, genera cuatro lugares entre su perímetro y el de las fachadas, a las cuales nunca toca, de manera que el container de vigas metálicas y el deployé tengan continuidad. El pavimento, con referencias a fotos aéreas de campos, indica la importancia de la materia prima en un restaurante de esta categoría, a la vez que genera unas alfombras de tres intensidades de grises que individualizan el espacio de cada mesa, evitando la sensación de gran comedor.
Los paramentos del fondo pintados en negro, refuerzan la sensación de infinito desde el espacio público.
En planta baja el paramento negro actúa de gran pizarra, mientras que en planta primera el paramento se fragmenta para ubicar el mobiliario necesario, dejando dos grandes aberturas que dan continuidad visual a la cubierta en el espacio a doble altura. Dicho mobiliario se sitúa enfrente de los lucernarios para incrementar la llegada de luz a la planta baja. La materialidad de la propuesta procura mantener el carácter industrial del mercado, usando chapa de acero y hormigón.
Las soluciones arquitectónicas para distribuir el programa son a la vez la respuesta lumínica y acústica del espacio.
La lámpara se resuelve mediante una chapa de acero lacada en blanco y perforada siguiendo un mosaico que recuerda la configuración tan característica del barrio donde se sitúa dicho restaurante. Detrás de la chapa, una tela microperforada absorbe acústicamente a la vez que difumina la luz.
La situación superior e inferior de las luminarias generan un diálogo entre lo estático (el proyecto) y lo dinámico (el usuario):
_mayor intensidad de luz en le momento en que estamos de pie (dinámicos) y luz en penumbra cuando estamos sentados (estáticos)
_la luminaria inferior da ligereza y aspecto de flotabilidad al elemento lámpara que ubica en su interior la cocina y los baños
Los tonos grises en la planta primera se repiten en el vestido de las mesas, como si formaran parte del suelo, mientras que en planta baja se aporta un solo color, el naranja, que matiza el distinto tipo de local. Dicho color aparece siempre a la cota de la vista de la persona sentada, en sillas, taburetes, delantales... El color blanco de las paredes-lámpara acaba en la cota 2.80, a partir de la cual el negro hace desaparecer el espacio para instalaciones
La propuesta pretende dar continuidad al espacio público en planta baja y a la cubierta en planta primera, insertándose como si de un gran vestido se tratara...